·Flaco, tenés una moneda?...·

Sonó el despertador. El aparato más hijo de puta creado por la humanidad. Son las 7.55 am. Lo miro con ganas de revolearlo por el aire y estrolarlo contra la pared, pero se la dejo pasar. Mejor me levanto y ya. Son las 8.00 y mientras desayuno miro a los tres chiflados por Telefe y eso me saca varias sonrisas, haciéndome olvidar que es temprano.
Salgo de casa, y meto la mano en el bolsillo. Tengo varias cosas: monedas (pocas), el boleto de ayer y el mp3.
Le doy al play y ahí mismo, oficialmente doy por comenzado el día. Subo al bondi, bajón nº1 del día, y justo empieza a sonar ¨Don´t worry, be happy¨, por un momento pienso que es una ironía del mp3 o quizá una señal para que se mantenga mi nivel de buena onda. Llego a la estación del tren, saco el boleto y ¨...ahí escucho el tren...¨. Me subo y de vuelta, como si alguien me estuviese poniendo a prueba, empieza a sonar ¨Lucky man¨ de The Verve. Lo que veo a mi alrededor, aparte de ¨viejos vinagres¨, es gente que está triste. Cada uno en su quilombo mental, sin darle bola al que está al lado, caras de sueño, algunos como yo... que se enchufan un par de auriculares en las orejas para distraerse. Y claro, mientras suena ¨Lucky man¨, me pongo a mirar por la ventana del vagón y te juro que es como un video clip. Todo lo que ves concuerda, pega perfectamente como si fuera parte de un video clip. Ahí me doy cuenta que soy un tipo con suerte, poca o mucha no lo sé... pero con suerte. Es como si de vuelta alguien me estuviese sugiriendo una idea... y la pienso. Más luego y al instante esbozo una sonrisa pensando que estoy más pelotudo que de costumbre y sigo mirando hacia afuera. De repente, de la nada, aparece un enano de no más de 10 años y me dice: ¨flaco, tenés una moneda?¨. Al toque, meto la mano en la mochila y con toda la puntería que nunca tuve, saco una moneda de $1. Sin dudarlo, se la doy. Siento haber hecho algo por otra persona. No soy un héroe, es tan sólo la buena acción del día.
Mi jornada sigue, y con él sigue el transcurso de mi vida. Hoy acá, mañana allá. Virá, trabuchá, derivá y bla bla bla.
Llegando la tarde, el día se está por ir, ya no quiere más sopa... como yo. Estoy MUY cansado, pero tengo que dar el ejemplo. Malo o bueno, pero tengo que darlo. Por qué? quién sos flaco?. No sé, pero si quiero hacer las cosas bien, todo empieza por uno. Vale enojarse? si. Vale putear? si. Vale cagarse de risa? si. Ok, cumpliste la misión: fuiste un tipo normal y eso es lo que vale. Ese es el objetivo: ser humano. Algo quemado y muchas veces algo pelotudo... pero normalito.
Dejando todo en condiciones (junto a un grupo de excelentes personas) para la jornada que viene, me dispongo a pensar: ¨Guau!, terminé mi día laboral¨, y si... cada vez se hace más largo. Eso supongo que debe ser causa de que ya no lo tomo como lo tomaba... eso es preocupante. Ya estoy bajando los brazos y eso si que no me lo permito. Eso sería debilidad. Y nadie más cabeza dura y testarudo que yo en ese sentido. Claro... porque si vos hacés algo que te gusta, loco... vos no podés bajar los brazos. Es ALGO QUE TE GUSTA HACER. ALGO QUE TE DA PLACER HACER. Por eso es que es inaceptable esa actitud. No hay tu tía. No existe. Esas actitudes son cuasi-pendejas.
Me estoy por ir y por un instante, me acuerdo que el Troncomóvil ya es parte del pasado y ahí mismo tengo la misma sensación de acordarme de una novia. Viste que cuando te acordás de ella, es como que te agarra nostalgia... qué se yo?, es como que en el fondo la extrañás. Bueno, lo mismo me pasó con esto. Por un momento sentí eso material como si fuera una persona. Ahí caigo en la cuenta que realmente en el fondo, lo quería.
Sabiendo que mi movilidad está acotada al transporte público, me dispongo a darme una ducha. Antes de eso, una gran persona me ofrece darme un aventón hasta la estación. La condición era cambiarme rápido. Es muy obvio que no podía, prefería darme una ducha liviana para sacarme el día y el olor a oso que me queda del agua y de la remera de encima y reflexionar tranquilo todo lo que pasó durante la jornada. Le agradezco a esta gran persona, una fenómena, y le digo que vaya tranquila.
Termino de asearme livianamente, y comienza mi éxodo. Caminata hasta la estación. Pongo play en el mp3 y lo único que quiero escuchar es una canción que tenga ese ¨que se yo¨ que hace que vos la escuches y la vayas cantando por la vereda. Play... y suena ¨Talk tonight¨ de Oasis. Flor de karaoke por la vereda... . Una señora me mira como pensando: ¨este loco de mierda...¨ y eso provoca que cante más fuerte como contestando ese pensamiento: ¨no estoy loco boluda, me gusta cantar¨.
Llego a la estación, más cansado de lo que pensaba, meto la mano en la mochila y pasa lo que no tenía que pasar: déficit de monedas. Me quedé sin reservas. La puta madre. Al toque, miro para arriba (veo las ramas de algunos árboles y un par de estrellas) y puteo unos 5 segundos seguidos y ni bien termino de realizar esa canalización de energía negativa... me acuerdo del enano de la mañana. Me vuelve la calma y comienzo la misión: buscar una puta moneda de $1. Abro la billetera, con esperanzas de encontrar alguna que se haya metido ahí dentro... pero nada. Por suerte encuentro $10. El tema es que nadie tiene cambio y yo soy capaz de comprar un elefante con tal de que me den cambio. ¨Hola, me das una gaseosa?¨ -¨Si tenes cambio si, porque no tengo monedas¨. Podés creer? que mala suerrrrrrte. La puta digo... que cagada!. Así, el viaje que me representa 45-50 mins, se transforma en una patada en el orto que dura caaasi 2 hs.
Luego de caminar y preguntar por todos lados, consigo cambio, me voy al tren y subo el volumen de mi aliado a niveles insospechados. Me toca escuchar algunas canciones que me llevan a la calma (¨Shape of my heart¨ de Sting)... y otras que me ponen como loco (¨You could be mine¨ de Guns´N Roses). Todo lo supero con cerrar los ojos un ratito y aprovechar para un mini-sueñito. Fue un día bastante largo.
A medida que el tren avanza, yo empiezo a hacer mi resumen diario mental. El balance es positivo. Sigo vivo, me quedan fuerzas. Estoy contento y cansado. Mis ambiciones siguen intactas. Estoy con hambre. Me agarra sed.
Al fin llegué, carajo. Golpeo la puerta de casa y ya se que está lista mi cena. Este mecanismo si que esta bien aceitado. No me queda otra que amansar al monstruo que tengo dentro de mi estómago. Solo resta ducharme como Dios manda y terminar definitivamente mi día.
Bajo mi persiana mental. Apago mi tele mental. Hasta mañana.
Sonó el despertador. El aparato más hijo de puta creado por la humanidad. Son las 7.55 am...
Ya pagué por quebrar la calma...
pd: che... este espacio no era para colgar los videos o canciones que me gustaban? Epa. Así no eh. La terapia con el terapeuta, aca no.